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El Origen del Problema

  • La restauración de la fontanería, actividad desregularizada por la Conselleria de Industria conforme Decreto 51/2011 que suprimía el registro obligatorio de instalaciones y empresas instaladoras de fontanería, asunto que tanto daño a causado al sector y la sociedad en su conjunto como recoge la motivación del proyecto de Decreto remitido por la Consellería con fecha 3 de mayo de 2019, cuando reconoce que la situación creada demuestra el crecimiento exponencial de la economía sumergida en el sector como consecuencia de su liberalización, así como la necesidad de la formación técnica de los instaladores y los grandes daños que su mala praxis puede provocar.

Para solventar la grave situación creada, la Consellería propone un registro voluntario de empresas e instalaciones, lo que ha sido ampliamente rebatido con sobrados fundamentos, primero por las asociaciones ALUFONCA, AEFONOR y FONCALOR, y ahora por la federación FAEIGA.

En este sentido, FAEIGA se ha dirigido una vez más a la Consellería poniendo de manifiesto que con el registro voluntario, en cuanto a los efectos prácticos que pueda tener la regulación que se propone y  desde el punto de vista de las empresas y profesionales del sector,  no se percibe ningún beneficio derivado de la inscripción en el registro voluntario,  puesto que nadie que esté ejerciendo la actividad de forma irregular va a inscribirse en el mismo, no suponiendo por ello solución al problema de la economía sumergida, la garantía para los consumidores, ni menos aún para el intrusismo que afecta al sector y que seguirá afectando si el Decreto en análisis se publica con el contenido que se está analizando.

FAIGA insiste en la obviedad por la que las razones que se enumeran en la exposición de motivos del Borrador de Decreto para justificar su aprobación, en relación entre otras, al crecimiento exponencial de la economía sumergida en los últimos años y la preocupación de la Administración por tal cuestión, siguen quedando vacías de contenido al no darse una solución efectiva a dicha problemática ni al sector que pongan freno al intrusismo profesional que le afecta gravemente. Por otro lado, se deja de lado y por tanto sin solucionar la importante problemática de los instaladores sean empresas o profesionales que ven mermadas o incluso suprimidas sus posibilidades de trabajar en otras comunidades que sí exigen la posesión de un carnet profesional o registro, que actualmente no se puede conseguir en Galicia a la vista de la actual situación de desregulación del sector.

Por ello, desde FAEIGA consideramos que la Consellería de Industria con la regulación proyectada no ofrece a nuestro sector una salida eficaz al grave problema de economía sumergida que existe y que en la propia exposición de motivos de la norma se reconoce, como uno de los motivos inspiradores de la norma proyectada.

La ineficacia de la medida hará que únicamente un porcentaje insignificante de empresas se inscriban en un registro que será por tanto inoperativo, de forma que de las más de 1.200 empresas que ejercen la actividad de fontanería en Galicia, apenas diez o veinte empresas siendo muy optimistas, procederán a darse de alta y es probable que ni siquiera sean las que en su día sí estaban inscritas cuando la inscripción registral era obligatoria.

FAIGA entiende que no hay  impedimento alguno para que la Comunidad Autónoma de Galicia, al igual que otras Comunidades Autónomas regulen específicamente el régimen y procedimiento de registro de forma obligatoria de instaladores e instalaciones  interiores de suministro de agua, incluso el de obtención de carnet profesional como instalador de suministro de agua en edificios, lo que supondría un gran beneficio no solo para la administración, sino para el sector -constituido por unas 1.200 empresas, que dan empleo a más de 2.500 personas-, y para los usuarios o consumidores., que verán con ello garantizada la calidad, salubridad y seguridad de sus instalaciones .

FAEIGA seguirá luchando para revertir esta injusta situación y volver a tener una Fontanería debidamente regulada y controlada, en manos de los profesionales que siempre la han llevado adelante y han dignificado el oficio.